El kichwa será la esencia en Nuestra Música

“… estudiar lo musical no solo implica el qué y cómo la sociedad determina su música, sino aclarar también cuánto de lo social se esconde y revela en lo musical, y cuánto de lo musical determina lo social.”

(Patricio Sandoval Simba)

La musicalidad de un pueblo va más allá del simple hecho de escuchar y/o disfrutar una canción; debe ser entendida como un elemento resultante de todo un proceso en el que influyen varios factores (económicos, sociales e históricos), ambientes que permiten percibir la realidad y expresarla a través de la creación. En este sentido es difícil y poco probable que haya vida cotidiana sin música, las personas han logrado desarrollar la capacidad de ordenar los ruidos y sonidos que los rodean para dar forma a melodías, ritmos y canciones que juegan un rol esencial al momento de construir cultura y sociedad.

La tercera edición del proyecto Nuestra Música 2019, producción del Centro Cultural Mamacuchara, presenta Cantos de la Tierra, un concierto junto al Coro Mixto Ciudad de Quito y cuyo repertorio recoge cantos kichwas de comunidades de Imbabura y Chimborazo. El departamento de producción del CCMC dialogó con Natalia Luzuriaga, directora de este elenco.

Producción: Nuestra Música es un proyecto emblemático del Centro Cultural Mamacuchara, es una plataforma para difundir el repertorio musical ecuatoriano, ¿cuál es tu sentir y el del coro al participar en este proyecto?

Natalia Luzuriaga: Para nosotros es muy importante ser parte de proyectos que promueven la música ecuatoriana en toda su diversidad. Un gran objetivo del Coro Mixto Ciudad de Quito, desde su fundación, ha sido crear nuevo repertorio y difundir el repertorio coral ya existente, sobre todo de compositores ecuatorianos.

Anteriormente ya habíamos ofrecido conciertos de música ecuatoriana, pero se trata de obras mestizas básicamente con arreglos que ya teníamos en nuestro repertorio, el Coro Mixto tiene más de 25 años de trayectoria por lo que han cantado gran variedad de obras.

Pero una de mis metas como directora es renovar el repertorio, contamos con un departamento de composición y arreglos del Centro Cultural Mamacuchara y es esencial aprovechar a ese equipo de trabajo. Generar en colaboración trabajos innovadores y producir nuevas cosas. Y en ese marco la música kichwa no se ha abordado, quizás para algunos es un campo nuevo, sé que Marcelo Beltrán y Giovanny Mera, compositores del CCMC conocen mucho al respecto; pero para muchos puede generar temor al ser un territorio musical delicado y poco explorado. Gran parte del repertorio que se interpretará es fruto de un trabajo de investigación que he venido realizando en comunidades kichwas de Imbabura y también aproveché la información recopilada por William Guncay sobre los cantos de las mujeres de Chimborazo, todo esto posibilitó que se decidiera hacer este nuevo repertorio y darle un giro innovador al Proyecto Nuestra Música.

P.: Es la primera vez que en una edición del proyecto Nuestra Música la lengua kichwa se convierte en el elemento que posibilita elaborar un concepto artístico como eje transversal de un concierto, ¿cómo nació la idea?

 N.L.: La música étnica siempre ha sido un pilar de mi trabajo desde hace varios años, y más enfocada al formato de la música coral, en este sentido he abordado músicas de Asia, África, Latinoamérica y Ecuador. Pero no hay mucho repertorio kichwa para coro, quizás en el género afro hay un poco más. Entonces con Antakarana, un grupo al que yo pertenecía, investigamos y recopilamos información que surgió como fruto del compartir con cantantes e instrumentistas tradicionales de algunas partes del país, en especial la Amazonía, Esmeraldas e Imbabura, en base a eso realizamos algunos arreglos y también pude generar un vínculo de trabajo con la gente de Imbabura en el que la música tradicional es el eje de varios proyectos, como una orquesta infanto-juvenil y un coro infantil, cuyo objetivo es generar procesos formativos a través de la música tradicional de su provincia, procesos que vienen a la par con un sólido trabajo investigativo y a la vez son consecuencia de una convivencia con la comunidad y su gente, un acercamiento a su cosmovisión; esto indudablemente ayuda a entender su musicalidad.

P.: Varios de estos cantos son parte de la cotidianidad de las comunidades, están presentes en el diario vivir de la gente, mientras cosechan, tejen o cuidan a sus niños, pero ¿cómo ha sido plasmar estos cantos en partituras, consideradas como un símbolo de la música académica?

N.L.: Es algo muy complejo la verdad, he conversado con los compositores al respecto. Y creo que realizar arreglos por primera vez de estos cantos tiene un fin, y es generar innovación mediante un trabajo en conjunto de distintos saberes y conocimientos. Estamos conscientes de que la música tradicional no está escrita, notada ni afinada en la lógica occidental, pero es lindo como artistas tener la oportunidad de acercarnos a estas músicas y, a la vez, difundirlas al público. Así el proyecto ha ido surgiendo sobre la marcha con los tres compositores y arreglistas del Mamacuchara, obviamente siempre siendo respetuosos y cuidadosos de las diferencias musicales de cada pueblo.

 P.: En tu papel de directora, ¿cuál es el objetivo específico de llevar un concierto de música kichwa a un escenario convencional como lo es el Teatro Variedades? 

N.L.: Creo que en primer lugar como artista está el hecho de que me fascina este repertorio, y hay un deseo de compartirlo con la gente. Y, por otro lado, la esencia de este concierto será el kichwa; en lo personal me he nutrido mucho al compartir momentos con las comunidades y acercarme a su cosmovisión, de ahí que como coro nuestro objetivo sea compartir un repertorio nuevo en un teatro como tal, un espacio que te permite conjugar la música con otros elementos, como video y fotografía, y así lograr transmitir esas sensaciones de la cotidianidad de los cantos kichwas. Los temas de las canciones son muy variados e incluso todo el concepto se reforzará ya que tendremos las traducciones de las letras para que la gente entienda este ambiente.

 P.: Tuviste mucha relación con gestores y otros actores de las comunidades, Kaya Cachimuel, Ñanda Mañachi y el Centro Cultural Peguche, ¿cuál fue su reacción al saber que sus cantos sería interpretados por un coro profesional en un teatro?

A la gente le atrae mucho la idea de que su música se difunda en otros lugares y espacios. Cuando lo escuchen quizás la sonoridad del coro les resulte novedoso, pero ahí radica la idea de compartir con la gente los nuevos colores que su música puede tener.

 P.: Difundir la cultura de los pueblos ancestrales va más allá de mostrarlos como comunidades exóticas, cargadas de elementos pintorescos, por así decirlo. ¿Como artista y músico, cuál crees que es el papel del arte sonoro al tratar de mantener viva la cultura kichwa? 

N.L.: Justamente esa es la lucha que se ha emprendido por parte de muchos gestores comunitarios. Por ejemplo, trabajo junto a la Escuela de Música Andina de Yarina, y uno de los objetivos de ellos es el mantener viva la lengua kichwa a través de los cantos. Y la música es parte esencial de la cultura, posibilita proteger la lengua kichwa con una constante familiarización con el idioma. Se ha visto que estas últimas generaciones ya han dejado de hablar el kichwa y realmente la música puede ser esa esencia transversal para rescatar la cultura a través de la conservación de un idioma. El sistema educativo del país se basa en un modelo “bilingüe” (más apegado al inglés), son escasos los centros escolares en los que el kichwa es una lengua de enseñanza; y todo esto no hace más que reflejar los procesos de aculturización que vive la actual sociedad.

Lo ideal es apropiarse de todos estos elementos y su riqueza, la lengua y la música. Mirarlos como una parte fundamental de lo que significa ser ecuatorianos y mestizos, incluso. A través del arte hay una herramienta para mantener viva a la cultura y eso como artistas nos debe motivar. Inclusive reconocer el potencial educativo de que en la música confluyan saberes ancestrales y occidentales.

 Nuestra Música: Cantos de la Tierra, será presentado este viernes 07 de junio de 2019, a las 19h30, en el Teatro Variedades Ernesto Albán. Una nueva puesta en escena, canciones kichwas junto a las voces del Coro Mixto Ciudad de Quito.

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Texto: Jefferson Herrera, productor del CCMC

Autor: Centro Cultural Mamacuchara - Quito

El Centro Cultural Mamacuchara acoge a seis elencos profesionales: Banda Sinfónica Metropolitana de Quito, Orquesta de Instrumentos Andinos, Coro Mixto Ciudad de Quito, Ensamble de Guitarras de Quito, Escuela Lírica y Grupo Yavirac; y dos grupos de formación: Coro Infantil y Coro Juvenil. Cerca de 200 músicos recorren diariamente los pasillos de este lugar, invadiendo con sus voces e instrumentos, cada rincón de esta casa con casi 100 años de historia.

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